La demencia senil: Un duelo en la familia

“Cuando usted aprende sus lecciones, el dolor desaparece”

Dra. Kübler Ross

Debido a la mayor esperanza de vida de las personas, cada vez es más frecuente encontrarnos con enfermedades graves, en este caso voy a hablar sobre lo que sucede en relación con nuestros mayores más cercanos y los procesos degenerativos como la demencia de diferentes tipos.

De repente el abuelo, la abuela, el padre o la madre, comienzan a olvidar…primero las llaves, el gas, del camino de vuelta a casa…y de repente todo empieza a cambiar, el carácter de la persona, sus capacidades, sus emociones , incluso aparecen síntomas psiquiátricos que les hacen desconfiar de sus personas más cercanas, con el consiguiente dolor para esposos ,hijos, nietos etc…y es cuando el amor y el dolor entran en contradicción.

La aceptación de este hecho, se ve acompañada de una reacción de duelo, “se pierde la persona” que queríamos, y en su lugar está la misma persona a nivel físico, pero ya no mental, ya sea porque no recuerda nuestro nombre, ni nuestra mirada, ni nuestro tacto…no se acuerda de sus propios recuerdos, de su propia vida.

Y en esos casos ya hay una despedida del ser que pudimos querer y amar, ahora tenemos que hacernos a la misma persona, pero a la vez diferente.

Cuando la demencia causa estragos es una especie de muerte en vida.

En el caso del diagnóstico de este tipo en un familiar, se vive una especie de duelo, similar al provocado por un pérdida real de la persona.

Hay una serie de reacciones sentimentales que caracterizan todo duelo, según el modelo que estableció la psiquiatra suizo-estadounidense Kübler-Ross.

  1. NEGACIÓN: “no puede ser”, “no puede estar sucediendo”. La negación solo es una defensa temporal del individuo.
  2. IRA: rabia que se desarrolla según se toma conciencia de la realidad.
  3. NEGOCIACIÓN: la persona intenta negociar, involucrando su esperanza, a cambio de una forma de vida reformada.
  4. DEPRESIÓN: desesperanza, cuando ya hay una conciencia de la realidad
  5. ACEPTACIÓN: se caracteriza por una tristeza serena, se acepta la realidad tal cual es.
Todas estas etapas suelen darse cuando el duelo lleva curso adecuado.
En último lugar una vez que el duelo se ha resuelto de forma satisfactoria se daría

6. REORGANIZACIÓN: el pasado no se olvida, queda como un recuerdo pero no traumático.

Todas estas fases son necesarias, hay que pasarlas, vivirlas, cada uno a su manera, pero lo importante es el aprendizaje de todas ellas.
Si todo lo que conseguimos aprender en esta fase delicada de la existencia, lo aplicamos, podemos darnos cuenta de que solo el presente se puede cambiar, y que el pasado no, y que lo hagamos en el momento presente puede condicionar lo que sucede en el futuro.
En cualquier duelo se puede pedir ayuda profesional, para llevar mejor el proceso si es necesario, pero solo se considerará patológico cuando no se resuelvan las fases en un tiempo adecuado, y se quede la persona atrapada en cualquiera de ellas sin poder avanzar a la siguiente, en esos casos la ayuda de un profesional de la salud mental es lo más indicado.

Que el olvido no borre ni los recuerdos ni la sonrisa..